lunes, junio 21, 2004

Agregado al Artefacto Cinco (dos)

Blogosfera/ usos

En una nota del diario Clarín de Argentina nos enteramos de los usos que el señor Bill Gates ve en los weblogs (para muchos analistas, una de las personas más influyentes del planeta, para mi no):

"Lo que permiten los weblogs es, afirmó Gates, simplificar el proceso de publicación de nuevos contenidos y mantener al corriente de esas novedades a cualquier usuario interesado en las mismas. Actualmente más de 700 empleados de Microsoft son autores de weblogs y los utilizan para mantener a otros usuarios al tanto de la evolución de los proyectos en los que están trabajando." (Clarín).

O lo que es lo mismo, un memo potenciado.

Sin embargo la nota apunta más lejos:

"Es obvio que para los autores y lectores habituales de weblogs estas explicaciones no suponen ninguna novedad, pero el hecho de que Bill Gates haya dado su “bendición” empresarial al fenómeno de los blogs puede tener una enorme repercusión tanto sobre su utilización –especialmente por parte de las empresas- como sobre su evolución inmediata.

Precisamente una de las principales compañías del sector de los weblogs es Google, rival de Microsoft en el mercado de las búsquedas. Hace unas semanas Google relanzó su servicio de weblogs, Blogger. La nueva versión de esta popular aplicación de blogs –adquirida por Google en febrero de 2003- incorpora, entre otras novedades, una interfaz simplificada, la posibilidad de que los lectores publiquen comentarios, la opción de publicar nuevas entradas directamente a través del correo electrónico y una presentación más completa del perfil de los autores." (Ibidem)

Como usuario de blogger, puedo decir que las primeras 'repercusiones' de la bendición de Gates, puede ser el volvernos un público más jugoso para el mercandeo de subterfugios tecnológicos. Pero ya veremos, no soy futurólogo, ni quiero ser Fukuyama.

miércoles, junio 16, 2004

Agregado al Artefacto Cinco

Artefacto Cinco/ Blogosfera.

Si uno teclea "blogosfera" en los principales motores de búsqueda, se encontrará con al menos un promedio de 990,255 resultados.

Como decía yo en la anterior entrega, la blogosfera parece ser reclamada por un grupo que (¡ojo!) no se hacen llamar bloggeros, como algunos de los que yo conozco, sino como webloggers. Suena más Pro, ¿no? Sino se me cree léase lo siguiente:


"12 de Mayo 2003.

Blogosfera en movimiento

Una nueva iniciativa nace en el mundo de los weblogs en español: Blogosfera.org . Ocho conocidos webloggers se unen para hacer un metablog con el objetivo de recopilar información para hacer un libro sobre weblogs. Los nombres de por sí ya pesan en la blogosfera así que no dudamos que el trabajo será muy serio y dedicado. Y en especial me agrada mucho que los componentes procedan de las distintas mini-blogosferas. Desde aquí les deseamos suerte a todos ellos
."

Tomado del blog 'El Refugio' (http://refugio.f2o.org/archivos/000595.php)

Y esos "nombres" son los de personas, sí provenientes de distintas "esferas" del quehacer humano, pero siempre con una manía en común: la tecnología. Y sabemos que ante todo a un investigador debe pedirsele cierta distancia del objeto de su estudio. Si bien no se quiere que sea indiferente al objeto, tampoco se quiere que sea su fanático número uno. Acá los nombres.

La página "Blogosfera v1.0" desde su título alude a su condición de hija de informáticos, gente que sí sabe mucho de investigaciones y evaluaciones cuantitativas, pero muy poco de las cualitativas... y ni hablar de estudios de orden cultural. Pero, eso sí, su labor estadística y pragmática ayudará a futuras evaluaciones de otro carácter (tal vez culturales). Además debemos aplaudir que tal iniciativa sea de caracter ciudadano, aunque estos ciudadanos tenga un perfil que los aleje de la acción en otras esferas del quehacer humano más complicadas. Digamos las del arte, o las sociológicas

Continuará...

martes, junio 15, 2004

Artefacto Cinco/ Operación Inversa

Blogosfera.

Entré al mundo de blogger al leer la sección weblogs del diario Clarín de Argentina. Comencé leyendo sobre todo blogs argentinos. Gracias a una platica con mi amiga Talía Zepeda me enteré del blog de un amigo en común y así me fue como me acerqué a los blogs mexicanos. Leía en mis primeras incursiones bloggeras a algunos "bloggeros influyentes" cuyos nombres -!oh, ironía de ironías!- ya no recuerdo. Pero digo que empecé una operación que me llevó del supuesto "meanstream" bloggero a los blogs más locales, pero para mi más sabrosos. Los de los escritores mexicanos.

Porque se supone que la blogosfera es una "comunidad" abierta, y claro que lo es, pero no es una comunidad globalizada a lo bestia como otras areas de internet. Y gracias a gente como Antonio Marts, Nadia Contreras o Humprey Bloggart por ello. Los blogs, hasta donde mi experiencia alcanza, han ayudado a acercar la obra literaria de personas distantes a través de la pantalla de la computadora. Sirven para intercambiar opiniones de manera más rápida pero siempre basadas en discursos coherentes (con letras o imagenes).

Decía que había por ahí unas personas que se dicen "blogger's influyentes", pero que para mi no son sino la caricatura de los típicos caciques culturales que abundan en México. Pero se engañan. La blogosfera no es La Blogosfera, ésta no es patrimonio de unos cuantos iluminados, es más bien una red caótico y fortuita. Al menos para el verdadero explorador.

Continuara...

sábado, junio 12, 2004

Artefacto cuatro/ Las palabras vuelan como la metralla

Franz Ferdinand/ Quem/ Bushido/ Bunbury

1

Tengo por costumbre leer los suplementos "Radar" y "Radar Libros" del periódico Pagina/ 12 de Argentina. Llegué a ellos por Rodrigo Fresán, y por él los sigo leyendo. Fresán colabora en los dos. En Radar habla de música, fenómenos culturales y en general de cualquier tema. En Radar Libros hace reseñas o entrevistas, él radica en Barcelona. Es Autor de "Mantra", "La velocidad de las cosas" y "Jardines de Kensigton".

2

Leí de él una de sus crónicas-reseñas musicales, llamada "Deshacer historia" donde me enteraba de que un grupo se hacía llamar como el archiduque húngaro cuyo asesinato dió inicio al sanginario siglo XX. Pero lo de ellos es puro hedonismo: "Nuestro objetivo es hacer música para que bailen las chicas". ¿A qué suena Franz Ferdinand? Pues a un Punk-rock oscuro mezclado con un poco de funk, con programaciones electrónicas navegando a través de una densidad un poco amable.

¿Cómo lo sé? Porque éste sábado he tenido la oportunidad de escuchar el disco entero en el "Mixup" de Plaza del Sol. Y éste Franz Ferdinand dice cosas como: "Ricochets across the ruins as words fly like shrapnel, ripping sinew and nerve ending. If you're lonely, you know I'm here waiting for you. I'm just a crosshair, just a shot away from you; but if you leave here, you leave me broken, shattered, I lie. We're just a crosshair, just a shot, then we can die. I know I won't be leaving here with you.". Lo dice en "Take me Out", y uno no deja de pensar como será eso de que las palabras vuelan como la metralla.

3

Al no tener dinero me doy por ahí una vuelta para escuchar discos. Como por ejemplo, "Bushido" ese experimento de Carlos Ann, Enrique Bunbury, Mortí y Shuarma. Se dice que no sacarán otro disco, asi que hay que escuchar éste, arroparse en terciopelo rojo, beber dry whisky y escuchar canciones como "Desmejorado", "As de Copas" y "La felicidad". Mi favorita: "Golpe en la Sien".

"Quem", de un dueto brasileiro-mexicano, definido por ellos como bossafunk. "El viaje a ninguna parte" de Bunbury. Del cual me gustaron "Que tengas suertecita" y -sobre todo- "El rescate"... eso de "Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera, te escribo una carta para que tú sepas lo que ya sabías, aunque no lo dijeras. Espero que llegue a tus manos y, que no la devuelvas. Que pagues el rescate que abajo te indico. Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti". No tiene pago.

lunes, junio 07, 2004

Agregado al Artefacto Uno

(Artefacto Uno/ El Informador)

Por si no me creían lo del periódico. En él se publican dislates como éste:

Las Montañas de los Himalayas.

El lunes pasado, al platicarles de "Un piano en la montaña"; claro, la imaginación voló a los Montes Himalayas; y dado que ha sido el tema que de las pláticas de los últimos tiempos, para pronto vino a la mente aquel hermoso Steinway con todo y su cola prieta, trepado en algún témpano de hielo, en algún glaciar del Monte Everest. No. Perdón, pero me aceleré de tal manera al ver al gradulón de Romayne Wheeler -que acababa de bajar de la sierra tarahumara- aporreando aquel vetusto piano de la casa de mis amigos, que cuando llegué a la mía, me senté a la "compu" y sin más ni más, mandé al periódico lo que había sentido en ese momento, sin acordarme de que mis relatos deberían tener una cierta secuencia de las experiencias de los himalayas, en lugar de la sierra de los rarámuri donde está el dichoso piano.
Ni modo. La palabra "debería", creo que debería estar entre las palabras "dudosas"; dudosas como las esquivas musas; esquivas por dudosas; dudosas por temperamentales, y temperamentales porque "deberían".
En fin. Punto y aparte, y les platico un poco de los Montes Himalayas que se empezaron a formar hace un montón de millones de años, cuando la placa de India, empezó a meterse debajo de la gran placa de Asia, que al mostrarse ésta sólida e inmóvil, se empezaron a hacer arrugas al principio, cerros más tarde, montañas luego, y enormes cumbres impresionantes que siguen creciendo aún al día de hoy, formando una enorme barrera horizontal (este-oeste) que separa a China y Tibet en el norte, de India y Nepal en el sur.


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Qué agregar a la auto-complacencia, irrespeto por el lector, y ni hablar del papel desperdiciado. Ya lo dijo Emilio Carballido: "Hay aquí en Guadalajara un periódico que debe cambiar o morir, ese el Informador".

Artefacto Tres/ Un poco de política internacional.

Dia D/ El chantaje más grande del mundo.

México -hay que decirlo- fue un mero espectador durante la segunda guerra mundial. Se contento con el papel de sustituto de una parte de la industria gringa, por ello cuando acabó la guerra, México no recibió ni un pedazo del pastel.

Pero esta lejanía durante la guerra no quiere decir que a nuestro país no le afecten las consecuencias de ésta. Basta decir, recordar, la adhesión de México al plan "Panamericano" promovido por el gobierno gringo en los años de la posguerra, como una manera de frenar cualquier corriente económica o política opuesta al capitalismo. Recordemos también las consecuencias de la política paranóica de la guerra fría.

Ahora bien, entrando en materia. Lo que más puede importar a un mexicano, es el hecho de que es ciudadano de un mundo donde las relaciones de poder están (éstas sí) globalizadas. O, ¿como llamarle al hecho de que cualquier apertura de nuestra industria petrolera sólo atraerá a los mismos capitales que hace unos días se fundieron en fraternal abrazo en las playas normandas (E.U., Francia, Alemania y Rusia)?

Pongamos pues atención al siguiente artículo publicado en "La Vanguardia" diario catalán de gran prestigio (lo pongo íntegro por su gran valía y porque sólo se accesa a él estando abonado al diario, como yo) :


[Aniversario en la vieja Europa.
La guerra no la ganó el soldado Ryan en Normandía, pero un indigno peligroso reivindica su gloria.

RAFAEL POCH - 04/06/2004 - 20.46 horas

Muchos creen que John Wayne y el soldado Ryan salvaron a Europa del fascismo, que Angloamérica salvó al viejo continente, poco menos que en solitario, y que el desembarco en Normandía fue la gran acción decisiva. No fue así.

Ni el curso de la guerra, ni la derrota del fascismo, se decidieron allá. Los principales héroes no fueron John Wayne ni el soldado Ryan, sino gente de apellido eslavo que murió por un país que ya no existe. Los escenarios realmente decisivos fueron; Moscú, Leningrado (Peterburgo), Stalingrado (Volgogrado), y Kursk.

En el frente del Este, el Tercer Reich perdió 10 millones de soldados y oficiales muertos, heridos y desaparecidos, 48.000 blindados y vehículos de asalto, 167.000 sistemas de artillería. 607 divisiones fueron destruidas. Todo ello representa el 75% de las pérdidas totales alemanas en la Segunda Guerra Mundial.

La diferencia en la escala militar es aplastante. En Normandía se registraron 10.000 muertos aliados, 4.300 de ellos británicos y canadienses y 6.000 americanos. En las grandes batallas del este, los muertos se contaban en centenares de miles. En la batalla de Moscú participaron unos 3 millones de soldados y 2.000 tanques. La URSS utilizó allí la mitad de su ejército, Alemania una tercera parte. En el Alemein, una batalla importante del otro frente, los alemanes disponían entre 60.000 y 70.000 soldados.

La escala del sufrimiento humano también es incomparable. La geopolítica de Hitler no tenía prevista la existencia de un estado ruso en Europa y en su escala racista los eslavos estaban muy abajo. La guerra en el este era a vida o muerte, muy diferente a la del oeste. Las ciudades y los pueblos eran destruidos, frecuentemente con sus habitantes. Murieron uno de cada cuatro habitantes de Bielorrusia, uno de cada tres de Leningrado, Pskov y Smolensk.

El esfuerzo angloamericano en el continente no empezó hasta que, en 1943, quedó claro que la URSS había parado el embate y que la derrota de Alemania era inevitable. Con otra actitud seguramente se hubieran evitado muchos muertos. Pero, ¿habría habido "segundo frente" si las cosas le hubieran ido bien a Hitler en el este?

Desde la firma del acuerdo británico-soviético sobre acciones militares comunes contra Alemania de julio de 1941, Stalin pedía la apertura de un "segundo frente" en Europa, es decir un desembarco aliado que aliviara la presión soportada por la URSS. La respuesta se demoró mucho.

El invierno de 1941, con los alemanes a las puertas de Moscú, fue crítico. Aquel año la URSS sufrió la mitad de las bajas militares de toda la guerra, 9 millones entre muertos, heridos y presos (dos terceras partes de los 27,6 millones de muertos soviéticos en la guerra fueron civiles), pero sólo recibió el 2% del total de los suministros que sus compañeros de coalición le enviaron durante toda la guerra.

Los documentos desclasificados de los archivos soviéticos están llenos de declaraciones de aliados occidentales que abundaban en la inconveniencia de apresurarse. ¿Por qué no dejar que las dos fieras se devoraran entre sí?

Visto desde Moscú, los angloamericanos desembarcaban en los lugares más alejados y menos relevantes para aliviar la presión sufrida por la URSS; primero en el norte de África (noviembre de 1942), luego en Sicilia (julio del 43), a continuación dos veces en Italia continental (en septiembre del 43 y en enero del 44), y sólo a menos de un año del fin de la guerra (en junio del 44) en Normandía.

Para entonces, el ejército soviético ya hacía 6 meses que había llegado a la frontera polaca de preguerra. Las democracias debían darse prisa si querían tomar alguna posición en Europa y evitar que "los rusos" volvieran a llegar a París, como habían hecho en el pasado.

Una manifiesta desconfianza presidió la alianza antifascista soviético-occidental desde sus mismos inicios. Sus motivos eran muchos y diversos. De parte occidental se acepta, por ejemplo, que el pacto germano-soviético de 1939 evidenció el parentesco entre nazismo y estalinismo. De las vergüenzas de las democracias, de su actitud ante el fascismo en vísperas de la guerra y de sus parentescos imperiales con Hitler y Mussolini, apenas se habla. Seguramente a causa de su manifiesta actualidad.

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, aquellos políticos democráticos de Europa y América que luego "salvarían a Europa" mantenían un idilio con Hitler y Mussolini. Estados Unidos había apoyado al dictador italiano desde su llegada al poder en 1922. Sus desmanes se comprendían, porque conjuraban la amenaza bolchevique. Las inversiones americanas en Italia y en la Alemania fascista no disminuían, sino aumentaban, en los años treinta.

"Hitler ha prestado grandes servicios no solo a Alemania, sino a toda Europa Occidental, al cerrar el paso al comunismo (...) por eso es legítimo ver en Alemania un muro de contención occidental del bolchevismo", decía en 1938 el Secretario de exteriores británico, Lord Halifax.

Sobre la base común de aquella "contemporanización", Londres y Berlín podían llegar a un "entendimiento". Halifax estaba dispuesto a conceder a Alemania todo lo que pidiera; "Danzig, Austria y Checoslovaquia", con tal de que esas anexiones se llevaran a cabo, "de forma pacífica y evolutiva".

Los principios de aquella Europa se habían retratado igualmente en su actitud ante la República Española.

La idea de que los proyectos de Hitler eran asumibles, que todo el mundo podía integrarse en ellos, y que la amenaza estaba en otra parte, era común en los gobiernos de la Europa de finales de los 30. Con Neville Chamberlain como jefe de gobierno en Londres y Edouard Daladier en París, las democracias calificaban de "paz con honor" la entrega de Checoslovaquia al Reich practicada por la Conferencia de Munich.

El ministro de exteriores polaco, Jozef Beck, prometía apoyar la reclamación nazi sobre Austria y tener en cuenta los intereses del Reich ante un "eventual ataque (polaco) contra Lituania". El embajador polaco en París, Lukaszewicz, explicaba a sus colegas norteamericanos que lo que estaba en juego en Europa era una lucha entre el nazismo y el bolchevismo, en cuyo campo incluía a "agentes de Moscú" como el Presidente checoslovaco, Edvard Benes. "Alemania y Polonia pondrán a los rusos en fuga en tres meses", decía el embajador, en vísperas de que la agresión contra su propio país marcara el inicio "oficial" de la Segunda Guerra Mundial.

Para entonces, aquella guerra tenía ya ocho años de historia en el mundo. El mundo de los dominios imperiales de Asia y África, donde la guerra, el atropello, la invasión y el racismo, no contaban, mientras no colisionaran con los propios intereses.

En 1931 los japoneses se habían apoderado de un trozo de China mayor que Francia. En 1933 y 1935 habían expandido su invasión a otras tres provincias chinas, practicando su guerra química y bacteriológica con experimentos en la población civil.

En 1935 Italia invadía Abisinia, con el Mariscal Badoglio utilizando gas mostaza contra la población civil.

En julio de 1939 el gobierno británico declaraba, "reconocer por completo la situación actual en China".

Ni Londres ni Washington protestaron o se opusieron al ataque japonés contra Mongolia, retaguardia de la URSS, a partir de mayo de 1939 y que, en la batalla de Jaljyn Gol, produjo más muertos que toda la campaña de la invasión alemana de Francia.

No pasaba nada y el encargado de la "India Office", Leopold Amery, explicaba por qué con toda claridad, al defender la agresión japonesa contra China en la Cámara de los Comunes; "si condenamos lo que Japón ha hecho en China, tendremos que condenar igualmente lo que Inglaterra hizo en Egipto y la India".

En un libro escrito en una prisión británica entre abril y septiembre de 1944, coincidiendo con el desembarco de Normandía, Nehru, fundador de la nueva India explicaba así la situación: "Tras algunas de aquellas democracias había imperios en los que no había democracia alguna y donde reinaba el mismo tipo de autoritarismo (racista) que se asocia con el fascismo, así que era natural que aquellas democracias occidentales sintieran algún tipo de unión ideológica con el fascismo, por mucho que les disgustara algunas de sus expresiones más vulgares y brutales".

"La política británica había sido casi ininterrumpidamente profascista y pronazi", recapitulaba Nehru en su celda del Fuerte de Ahmadnagar, pero todo se acabó, cuando se vio que aquel "aliado natural", aquel pariente, se volvía contra los intereses occidentales.

"Se hizo cada vez más obvio que, pese al deseo de calmar a Hitler, éste se estaba convirtiendo en el poder dominante en Europa, desmontando por completo el antiguo equilibrio y amenazando los intereses vitales del Imperio Británico".

El resultado fue una alianza forjada sobre las circunstancias y la estupidez de Hitler, quien, si hubiera atacado primero a la URSS en lugar de atacar a Polonia, habría sido aplaudido por las democracias. Esta idea fue expresada al final de la guerra por el propio Hitler en un texto poco conocido.

En febrero de 1945, Martin Bormann recogió varios monólogos de Hitler que tienen valor de testamento político. Dos meses antes del final, Hitler coincidía en ellos, con la tónica de los políticos británicos y americanos de antes de la guerra, al reflexionar sobre los errores que habían conducido a la derrota.

La campaña contra Rusia era "inevitable", decía. Su problema era haberla desencadenado en un momento poco adecuado. La guerra en dos frentes había sido un error, reconocía, pero la responsabilidad última era de americanos y británicos, con quienes habría sido posible llegar a un acuerdo.

"La guerra contra América es una tragedia". "Ilógica y carente de todo fundamento". Sólo la "conspiración judía contra Alemania" la había hecho posible.

Cargada de delirios, su mirada al futuro, contenía un pronóstico del mundo bipolar que se avecinaba: "Con la derrota del Reich y la aparición de los nacionalismos asiáticos, africanos y puede que sudamericanos, sólo quedarán en el mundo dos potencias capaces de confrontarse; Estados Unidos y la Rusia soviética. Las leyes de la historia y de la geografía, las empujarán hacia una prueba de fuerza, sea militar o económica e ideológica".

El aparato de propaganda y relaciones públicas más formidable de la historia ha fabricado su leyenda sin apenas fisuras. Hollywood, la industria mediática en manos de magnates, los sistemas de alimentación oficial de esa industria y, por supuesto, el ejército de conformistas bien pagados encargado de transmitirla, han escrito la versión más conveniente. La historia es suya. Llegamos así al discurso de George Bush en la celebración del aniversario del desembarco.

Reivindicando lo único positivo que la intervención militar extranjera de Estados Unidos tiene en su haber en más de medio siglo, el Presidente vende su actual cruzada.

Obteniendo la merecida gratitud que los franceses, italianos, belgas y holandeses le deben al soldado Ryan, pretende mantener el vasallaje europeo ante la larga lista de crímenes impunes cometidos por el militarismo americano desde entonces.

El hombre que, según las encuestas, encarna la guerra y promueve la desestabilización global, para la mayoría de los europeos, habla hoy en Normandía de moral, de libertad y de principios, y recibe el tributo y el aplauso de los dirigentes de la "vieja Europa".

La generosidad y el heroísmo de los 10.000 caídos en aquellas playas francesas sirve, así, para reivindicar su "guerra contra el terrorismo", la destrucción de los frágiles rudimentos del derecho internacional y del control de armamentos, la agresión preventiva o "humanitaria", el armamentismo y la banalización del uso del arma nuclear en guerras convencionales. Es el momento de recordar quien era el máximo representante de esas mismas tendencias en el mundo de hace 60 años.

La guerra no la ganó el soldado Ryan en Normandía, pero un indigno peligroso reivindica su gloria. ]

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Como bien e ilustradamente indica Poch, el chantaje de Estados Unidos, de la administración Bush en este caso, es oportunista no ya sólo por definición sino por conveniencia. ¿Pero y qué de Francia, de Rusia, de Alemania?

No olvidemos que Vladimir Putin el "presidente" ruso, nos visita estos días (hoy Lunes 7 fue recibido por Fox), no olvidemos que es el mismo Putin que encarceló a los empresarios que no le apoyaron a él en su candidatura o apoyaron a otros. No olvidemos que Putin está en la mira de Estados Unidos por ayudar a Irak, Irán y Corea del Norte en sus programas nucleares. No olvidemos que Putin viene a hablar de comercio, y que Rusia necesita petróleo.

No olvidemos que Francia es el hogar y nido de una de las grandes de la petroquímica (Elf) y que sino participó de la guerra en Irák es por que no había negocios para ella. Pero que ahora está dispuesta a negociar "el papel de la ONU" en la posguerra iraquí, a cambio de unos contratos petrolíferos.

Pero sobre todo, no olvidemos que las democracias que se abrazaron en las playas de Normandía éste 6 de junio son las mismas, aquellas detrás de las cuales se escondían "imperios en los que no había democracia alguna y donde reinaba el mismo tipo de autoritarismo (racista) que se asocia con el fascismo". Esas democracias que han cambiado tan, pero tan poco.

Si quieres saber más de la Rusia actual: Diario de Moscú.
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